Julio Briseño: Metales y percusiones OFCM II
Esta página documenta un concierto pasado.
Sábado 5 de octubre, 18 horas
Domingo 6 de octubre, 12:30 horas
Sala Silvestre Revueltas
JULIO BRISEÑO, director
GABRIELA JIMÉNEZ, timbales
William Walton (1902-1983) Preludio y fuga de el Spitfire
Preludio y fuga de el Spitfire
Incluso desde antes de que la música comenzara a ser escrita allá en la lejana Edad Media, la enorme variedad de temas y asuntos que han sido aludidos o tratados a través del sonido organizado es más que asombrosa. Al paso de los siglos se han escrito obras musicales referidas a prácticamente cualquier cosa que interese al ser humano, y entre ellas hay muchas realmente improbables. Pero… ¿escribir una pieza musical para acompañar el armado de un avión de guerra?
En el año de 1942 se filmó en Inglaterra una película cuyo título original fue The First of the Few, que fue dirigida y protagonizada por Leslie Howard, mejor conocido como actor que como director. Se trata de una tradicional biopic (película biográfica) cuyo personaje central, interpretado por Howard, es el ingeniero y diseñador aeronáutico Reginald Joseph Mitchell, a quien la historia recuerda principalmente como el responsable principal del diseño del legendario avión inglés de guerra conocido como Spitfire, producido por la firma Supermarine. El Spitfire hizo sus primeros vuelos de prueba en 1936, pero su producción formal no se inició sino hasta 1938. En los años subsecuentes, este avión, diseñado fundamentalmente como interceptor, habría de jugar un papel importante en la Segunda Guerra Mundial. El filme de Howard (en el que también actuó David Niven) fue bien recibido por el público y la crítica, como era de esperarse dado el contexto bélico del momento. La música para la película le fue encargada a William Walton, compositor experimentado en la creación de bandas sonoras, y resultó aclamada tanto como el filme. El éxito de la música de Walton fue tal que en ese mismo 1942 se realizó una grabación de su fragmento más famoso, Preludio y fuga del Spitfire, dirigida por el compositor. El Preludio es la música que acompaña a los créditos iniciales en The First of the Few, y la Fuga comenta musicalmente una bien lograda secuencia de montaje que muestra el armado del legendario Spitfire. A la mitad de la fuga hay un melancólico solo de violín que se refiere a la enfermedad y muerte, ocurrida en 1937, de R. J. Mitchell.
Preludio y fuga del Spitfire se escuchó por primera vez en concierto el 2 de diciembre de 1943 con la Orquesta Filarmónica de Liverpool dirigida por el propio William Walton. Escrita originalmente para orquesta, la pieza ha sido objeto de varios arreglos, siendo quizá el más conocido de ellos el arreglo para metales realizado en 1977 por el trompetista, compositor y director inglés Elgar Howarth (1935).
arr. Howard
Benjamin Britten (1913-1976) Funeral ruso
Funeral ruso
El 22 de enero de 1905 ocurrió en la Rusia zarista uno de los más importantes eventos políticos y sociales que habrían de contribuir al fermento de la Revolución Rusa de 1917. Ese día se realizó una manifestación de ciudadanos inconformes que se dirigían al Palacio de Invierno en San Petersburgo para entregar una petición (pliego petitorio, según la moda actual) al Zar Nicolás II Romanov exigiendo mejoras laborales, libertades políticas, instituciones democráticas, etc. La manifestación, encabezada por el sacerdote Gregory Gapon, fue duramente reprimida, con un sangriento saldo de numerosos muertos y heridos, cuya cantidad es incierta hasta la fecha. En la ceremonia fúnebre subsecuente por los caídos ese día se cantó una canción fúnebre proletaria rusa, titulada Caísteis como víctimas, en un ritual que exacerbó aún más el fervor disidente y que ayudó a desencadenar la llamada Revolución de 1905. La Sinfonía No. 11 (1957) de Dmitri Shostakovich (1906-1975) es una potente y conmovedora reflexión sobre ese evento y sobre ese año, y lleva por título, precisamente, El año 1905. En el tercer movimiento de la sinfonía, titulado Memoria eterna, el compositor originario de Leningrado (antes San Petersburgo) cita aquella canción fúnebre rusa de 1905. Esta es, sin duda, la presencia más famosa de esa canción en la música de concierto, pero no es la única, ni la primera. Años antes, esa canción fue citada por el compositor inglés Benjamin Britten en su única obra para ensamble de metales, la Música fúnebre rusa. Britten, hombre pacifista de ideas liberales, concibió esta pieza en 1936, el año de inicio de la Guerra Civil Española, y se refirió a ella con el título de Guerra y muerte. Los analistas del lenguaje musical de Britten afirman que en esta breve y poderosa oda fúnebre instrumental es posible percibir la influencia de Gustav Mahler (1860-1911), Sergei Prokofiev (1891-1953) y Shostakovich. Sobre este asunto, no está demás recordar el respeto y admiración mutuos que se profesaban Britten y Shostakovich. La Música fúnebre rusa de Britten fue tocada por primera vez el 8 de marzo de 1936 en el Teatro Westminster, en el marco de un concierto de la Unión Coral Obrera de Londres, bajo la dirección de Alan Bush. Después, la pieza cayó en el olvido hasta que fue rescatada hacia 1980 por ese ejemplar grupo que fue el Ensamble de Metales Philip Jones.
Peter Tanner (1936) Concierto para timbales
Concierto para timbales
Cabe recordar que si bien la gran mayoría de los tambores (pertenecientes a la familia de los instrumentos membranófonos) producen sonidos de altura indeterminada, es decir, no producen notas afinadas, hay algunos de ellos que son melódicos, y entre ellos los más importantes son los timbales, con los que es posible tocar toda clase de melodías. De ahí que, si bien no son usuales, sí existen piezas que contemplan la presencia de los timbales como solistas. Baste recordar, por ejemplo, la notable Partita para timbales de Carlos Chávez (1899-1978), y mencionar también a otros compositores que escribieron obras que contienen destacadas partes solistas para los timbales, entre los que se encuentran Johann Christoph Graupner, Werner Thärichen, Georg Druschetzky, Jean Baptiste Prin, Johann Melchior Molter, Johann Wilhelm Hertel, Johann Caspar Ferdinand Fischer, David Avshalomov, Harold Farberman, Walter Kaufmann, William Kraft, Russell Peck, Gabriela Ortiz y muchos otros.
El compositor estadunidense Peter Tanner es originario de Rochester, en el Estado de Nueva York. Entre sus principales maestros destacan los compositores Alan Hovhaness y Bernhard Rogers. Entre 1966 y 1969 fue profesor en la Universidad de Wisconsin, y más tarde formó parte del profesorado de la Universidad de Massachussets. En su catálogo de composiciones hay una proporción abundante de música para percusiones, incluyendo varias obras que tienen como instrumento protagónico la marimba: Sonata para marimba y piano, Andante para marimba y piano, Diversiones para marimba y flauta, etc. En su concepción original, el Concierto para timbales de Peter Tanner propone como acompañamiento no una orquesta sinfónica, sino un ensamble de metales compuesto por tres trompetas, cuatro cornos, cuatro trombones y una tuba. Dos de los momentos más destacados del Concierto de Tanner son la fanfarria inicial y la exigente cadenza para los timbales solistas, que son cuatro.
Aaron Copland (1900-1990) Fanfarria para el hombre común
Fanfarria para el hombre común
Desde el momento en que allá por el lejano siglo XVI se reunió el primer ensamble de primitivos cornetts y sackbutts (abuelos de las actuales trompetas y trombones), compositores de todas las épocas, todos los estilos y todas las filiaciones políticas e ideológicas (incluso, algunos totalmente apolíticos) se han dedicado con asiduidad singular a la composición de fanfarrias, esas breves y brillantes piezas musicales con las que se celebran diversos personajes, ocasiones, lugares, ideas o acontecimientos. En la larga y prolífica historia de la fanfarria como género musical, lógicamente abundan las fanfarrias dedicadas a reyes, príncipes, obispos, ministros, embajadores, presidentes, diputados, senadores, asambleístas, candidatos y demás bichos raros de la vida pública. Tuvo que llegar la cuarta década del siglo XX para que a un compositor se le ocurriera la muy noble idea de olvidarse de los dignatarios y potentados y dedicar una fanfarria al hombre común. Al hacer esto, Aaron Copland logró crear, además, la que probablemente sea la mejor fanfarria de todo el repertorio. Y si la obra misma es poderosamente llamativa y singularmente emotiva, las circunstancias de su creación también lo son.
Durante la Primera Guerra Mundial, el compositor y director inglés Eugene Goossens (de origen belga) había encargado a varios compositores británicos la creación de una serie de fanfarrias alusivas a la participación inglesa en ese conflicto bélico. La idea general era la de abrir cada concierto orquestal de la temporada con una de esas fanfarrias, con el objeto de reforzar el espíritu patriótico del público. Al parecer, la idea le pareció a Goossens tan buena que decidió repetirla durante la Segunda Guerra Mundial. Así, hacia 1942 el músico inglés pidió una serie de fanfarrias a un grupo de compositores de los Estados Unidos. Como parte de ese encargo colectivo nació la Fanfarria para el hombre común de Aaron Copland.
Desde el momento de iniciar la composición de la pieza, Copland tuvo la idea de olvidarse de los grandes y exaltados personajes y dedicar su fanfarria a otro tipo de conceptos. De hecho, antes de poner el título definitivo a la obra, el compositor manejó para la obra algunos otros títulos alternativos, muchos de ellos igualmente interesantes: Fanfarria para una ceremonia solemne, para el día de la victoria, para nuestros héroes, para el renacimiento de Lídice, para el espíritu de la democracia, para las tropas, para las cuatro libertades. Al final, Copland decidió dedicar su fanfarria al hombre común, y con esta singular pieza enriqueció notablemente el repertorio de música para metales y percusiones. Cuando Goossens recibió la partitura de la obra, se mostró desconcertado ante su título, y en un gesto que demuestra que era un hombre con un buen sentido del humor, propuso que el estreno se realizara el 12 de marzo de 1943, en los momentos en que el hombre común de los Estados Unidos debía presentar su declaración anual de impuestos.
Desde su estreno, la Fanfarria para el hombre común se volvió enormemente popular, y con razón. Esta música ha pasado a formar parte integral del ceremonial público en los Estados Unidos, y se le ha utilizado como fondo musical de muchos acontecimientos nobles, como la colocación de la primera piedra del Lincoln Center de Nueva York, la presentación de la estupenda serie de televisión Omnibus, y la soberbia actuación del patinador John Curry en los XIII Juegos Olímpicos de Invierno. Y debido a lamentables errores históricos y estéticos, esta fanfarria se ha utilizado también para ocasiones innobles, como la toma de posesión de Richard Nixon como presidente de los Estados Unidos. Tal ha sido la popularidad de la pieza que desde el momento de su creación ha sido arreglada numerosas veces, en ocasiones para las dotaciones más improbables. Entre los más notorios de estos arreglos de la Fanfarria para el hombre común es posible hallar uno a cargo de Mick Jagger y los Rolling Stones, así como la muy famosa versión del grupo inglés de rock Emerson, Lake & Palmer, de la que la televisión deportiva mexicana ha abusado sin misericordia. Como es lógico suponer, Copland afirmó alguna vez que escuchaba con interés estos arreglos, pero que prefería su versión original de la obra.
En 1946, Copland volvió ojos y oídos al material original de la Fanfarria para el hombre común. En el inicio del cuarto movimiento de su Tercera sinfonía (que se funde con el final del movimiento anterior), el compositor utiliza el tema principal de la fanfarria, presentándolo de una manera especialmente efectiva. El tema se escucha primero suavemente, de modo casi misterioso, en las flautas y los clarinetes, y de pronto, un poderoso cambio de dinámica y de armonía conduce a una versión expansiva, para gran orquesta, de la Fanfarria para el hombre común. Este es, sin duda, uno de los momentos cumbre de la producción orquestal de Copland, y es una clara muestra del aprecio que el compositor tenía por su democrática fanfarria. A pesar de que el propio Copland afirmó en una entrevista que su fanfarria había sido estrenada en Nueva York por George Szell el 14 de marzo de 1943, otros datos musicológicos indican que el estreno de la Fanfarria para el hombre común se realizó en Cincinnati con Eugene Goossens dirigiendo la Sinfónica de Cincinnati el 12 de marzo de ese año, justo cuando el ciudadano común luchaba a brazo partido con la declaración anual del impuesto sobre la renta. Hace muchos años, la fanfarria fue utilizada con mucho tino como rúbrica musical de uno de los más tradicionales programas de Radio UNAM, Teatro de nuestro tiempo.
Henry Cowell (1897 - 1965) Fanfarria para las fuerzas de los aliados de Latinoamérica
Fanfarria para las fuerzas de los aliados de Latinoamérica
Una de las características principales de la música del compositor estadunidense Henry Cowell es la influencia que en ella se percibe de diversas músicas tradicionales de Asia y los Estados Unidos. Además de compositor, fue pianista, y como ejecutante fue un pionero destacado en el uso de algunas técnicas extendidas, como por ejemplo el cluster, aglomeración de muchas notas tocadas simultáneamente, o la ejecución directa sobre las cuerdas del piano. Estas y muchas otras técnicas fueron exploradas a fondo en su libro Nuevos recursos musicales (1930). La carrera de Cowell fue un proceso constante de experimentación y descubrimiento, lo que se refleja con toda claridad en su numeroso catálogo de obras. Además de sus labores como pianista y compositor, y sus búsquedas experimentales, Cowell realizó importantes labores de divulgación, como maestro y como editor de música. Entre sus alumnos más destacados se encuentran George Gershwin (1898-1937) John Cage (1912-1992).
La lista de compositores que participaron en el encargo de Eugene Goossens para componer fanfarrias durante las Segunda Guerra Mundial incluye algunos de los más importantes compositores de su tiempo, y algunos menos conocidos: Aaron Copland, Howard Hanson, Roy Harris, Bernard Wagenaar, Morton Gould, Deems Taylor, Anis Fuleihan, Virgil Thomson, Walter Piston, Paul Creston y el propio Goossens. Entre ellos se encontraba también Henry Cowell, cuya respuesta al encargo de Goossens fue su Fanfarria para las fuerzas de los aliados de América Latina. Más allá del contenido estrictamente musical de esta breve pieza de Cowell, sería interesante profundizar en la contribución de las fuerzas latinoamericanas en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, más allá de la solidaridad diplomática. Lo interesante de esta fanfarria del vanguardista Cowell es que está escrita en un lenguaje muy tradicional, y tiene poco del espíritu guerrero marcial; en cambio, el compositor ofrece aquí una pieza que más parece una nostálgica canción popular, cosa muy poco usual en el mundo de las fanfarrias. La Fanfarria para las fuerzas de los aliados de América Latina data de 1944.
Alice Gómez Fanfarria por el imperio olvidado
Fanfarria por el imperio olvidado
El perfil de la compositora, percusionista y arreglista estadunidense Alice Gomez, definido por ella misma en su sitio oficial, es ciertamente eclético y llamativo. En la página principal de ese sitio se lee lo siguiente:
Alice Gomez. Compositora de música latinoamericana, clásica y pop sinfónico. Alice Gomez, compositora latina internacionalmente aclamada, acepta encargos para composiciones originales y arreglos, incluyendo piezas orquestales, corales, de carillón y educativas.
Una revisión más profunda de su hoja de vida permite descubrir que una parte sustancial de su trabajo está enfocada a proyectos educativos y su música es utilizada para estos fines no sólo en los Estados Unidos, sino también alrededor del mundo. Sus obras han sido premiadas en distintas ocasiones por la ASCAP, y en su catálogo hay, además de obras de concierto, partituras para el cine, la danza, la ópera y el teatro. Ha establecido una relación especial con la Orquesta Sinfónica de San Antonio, de la cual fue compositora residente de 1993 a 1996. En su trabajo creativo y de divulgación destaca su contacto frecuente con comunidades e instituciones binacionales México-Estados Unidos, como por ejemplo el Centro Cultural de Artes Guadalupe, en Texas, que se involucra de modo asiduo en asuntos chicanos. Además de un buen número de referencias al mundo latinoamericano en general, hay en el catálogo de composiciones de Alice Gomez algunas obras referidas específicamente a nuestro país, como Escenas de México, Bonampak y El Huapango Guango.
En el catálogo de una de las casas editoras que gestionan la música de Alice Gómez se encuentra una docena de obras de música para metales, en diversas formaciones: para corno, trompeta, trombón o tuba con acompañamiento diverso, para cuarteto de tubas, quinteto de metales, y una pieza para ensamble de metales, titulada Fanfare for the Forgotten Empire (‘Fanfarria para el imperio olvidado’). Respecto a esta obra, que data del año 2000, la compositora ha comentado lo siguiente:
Fanfare for the Forgotten Empire rinde homenaje a las civilizaciones antiguas de México. Elegí instrumentos de metal y percusión para esta composición por su similitud con los instrumentos indígenas de los aztecas y los mayas. En estas culturas era común encontrar trompetas hechas de troncos huecos de árboles, tambores tallados en madera y xilófonos hechos de placas de piedra.
La dotación de la fanfarria contempla cuatro cornos, cuatro trompetas, tres trombones, tuba, timbales, gong y xilófono.
Eric Ewazen (1954) Symphony in Brass
Symphony in Brass
Originario de Cleveland, el compositor Eric Ewazen estudió en la Escuela Eastman de Rochester, y más tarde en la Escuela Juilliard de Nueva York. Entre sus maestros principales se encuentran Milton Babbitt, Joseph Schwantner, Gunther Schuller, Samuel Adler y Warren Benson. Muy solicitado por orquestas, ensambles y solistas de prestigio, ha recibido numerosos encargos, y sus obras han sido grabadas por una decena de sellos discográficos de los Estados Unidos. Dueño también de un sólido prestigio académico, Eric Ewazen ha sido invitado como profesor y conferencista por más de cien universidades de todo el mundo, y es miembro del profesorado de la Escuela Juilliard desde 1980.
Una mirada al catálogo de composiciones de Eric Ewazen permitirá descubrir de inmediato una notable afinidad con los instrumentos de metal, solos, en diversas combinaciones camerísticas, en un contexto orquestal o con acompañamiento de banda. En el rubro de la música de cámara, por ejemplo, Eric Ewazen ha escrito varias obras (con acompañamiento de piano) para todos los instrumentos de la familia orquestal de metales, incluyendo el trombón bajo y el eufonio. A estas obras hay que añadir una treintena de partituras concebidas para instrumentos de metal en diversas combinaciones camerísticas, incluyendo piezas con varios metales solistas. Como consecuencia lógica de esta tendencia suya, Ewazen ha escrito varios conciertos para metales (trompeta, trombón tenor, trombón bajo, eufonio, tuba) con banda o con orquesta (algunos de ellos existen en ambas versiones), incluyendo una obra especialmente interesante, Shadowcatcher, que es una especie de concerto grosso para quinteto de metales y orquesta.
Eric Ewazen compuso su Symphony in Brass (‘Sinfonía en metal’) en el año de 1992, por encargo del grupo Alientos de Cámara de Detroit, y su instrumentación original comprende cuatro trompetas, cuatro cornos, tres trombones, un trombón bajo, una tuba, un eufonio y dos percusionistas. Dato curioso: el inicio del tercer movimiento de la Symphony in Brass es utilizado por la cadena estadunidense de televisión pública PBS como rúbrica musical de su cobertura de los procesos electorales.
Andante. Allegro molto
Andante con moto
Allegro vivace
Julio Briseño
Director(a)
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Julio Briseño
Director(a)
Julio Briseño
Miembro fundador de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, Trombonista principal. Ha actuado como solista con las orquestas más relevantes de este país, incluyendo la Orquesta Sinfónica Nacional de México, la Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Sinfónica del Estado de México, la Orquesta Sinfónica de la UANL, la Filarmónica de la UNAM, la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, entre otras. En el extranjero ha actuado con la Filarmónica de Bogotá, y también se ha presentado en la Universidad del Sur de Texas y en la Eastman School of Music de la Universidad de Rochester. Entre los directores con los que ha trabajado destacan: Luis Herrera de la Fuente, Eduardo Diazmuñoz, Fernando Lozano, Lior Shambadal, Varujan Kojan, Francisco Savín, Manuel de Elías, Kenneth Jean.
Julio Briseño ha presentado el estreno en México de varias obras del repertorio, destacando el Concierto para Trombón y Orquesta de Carlos Chávez, última obra escrita por el compositor. Se agregan los conciertos de Gordon Jacob, Launy Gröndahl, Gabriel Pareyón, Georg Cristoph Wagenseil, Kasimiersz Serocki, y Alexander Arutiunian. Ha compartido el escenario con figuras de clase mundial, como Ralph Sauer, James Thompson, Fred Mills, legendario trompetista del Canadian Brass, Jens Lindemann, Patrick Sheridan, Martin Hackleman, corno principal de la Sinfónica Nacional de Washington y Jerome Ashby, corno principal de la Filarmónica de Nueva York. Como director de orquesta ha actuado al frente de la Filarmónica de Querétaro, la Sinfónica del Estado de Puebla, la Sinfónica de Aguascalientes, la Sinfónica Carlos Chávez. Con la Orquesta de Cámara de México dirigió una serie de conciertos en la celebración del año bach 2000 en Puebla, que incluyó los Conciertos de Brandenburgo y las Suites Orquestales, y la Pasión Según San Mateo.
Actualmente es profesor de trombón y música de cámara en el Conservatorio Nacional de Música, y Trombón Principal de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Por su trabajo artístico y académico, Julio Briseño ha sido galardonado con diversos premios, como el Diploma de la Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música, en 1985, y la Medalla Mozart de Oro Grado de Excelencia, edición 1998, otorgada por la Embajada de Austria en México y la Fundación Domecq.
Gabriela Jiménez
Percusiones
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Gabriela Jiménez
Percusiones
Nació en la Ciudad de México en 1963. Realizó sus estudios de música a nivel Licenciatura en el Conservatorio Nacional de Música de México, la Escuela de Música Ollin Yoliztli en México, y en Hartford University (EUA, en la que obtuvo su Título de Licenciatura de Artes en Música), así como de Maestría en Música en Manhattan School of Music y Hartford University (EUA ambas). El Doctorado en Teoría y Didáctica del Solfeo lo realizó 100% en
línea, en la Universidad Tito Puente, en Puebla, México.
Dentro de sus actividades académicas, se desempeñó como Profesora de Asignatura “A”, Percusiones a nivel Licenciatura y Propedéutico de la FaM de 1992 a 2024, con definitividad, en la Escuela de Música Ollin Yoliztli de 1991 a 2022 como profesora de especialidad, y de la Universidad Anáhuac México Norte de 2019 a 2021, en la que también impartió Talleres de Apreciación Musical para alumnos de todas las carreras.
Hoy en día imparte clases avanzadas de percusiones, participa activamente en conferencias, talleres y clases magistrales dentro y fuera del país, promoviendo la conciencia transdisciplinaria entre la música y diversas áreas del conocimiento, que ham sido parte de la fuente de inspiración para sus estudios del doctorado, como son: acústica, filosofía, ecología, medicina, psicología, salud y bienestar. De igual manera colabora con diferentes profesores de música, para favorecer el conocimiento de las percusiones en el ámbito académico y profesional, como ejemplo son los 13 videos realizados para alumnos de dirección orquestal e interesados en clases abiertas en línea, con el maestro Francisco Navarro Lara (España), Los Secretos del Percusionista: Ej.: (1/13, Baquetas) https://www.youtube.com/watch?v=QurZXXNYLNs .
Ha formado parte de diversos congresos, seminarios y festivales de música, como son: “Primera Semana Internacional de Percusiones”, realizada del 8 al 14 de enero de 1996 en la ENM y la Dirección General de Actividades Musicales. UNAM, y hasta la 6a Semana Internacional de Percusiones; “PAAXFEST” (música de cámara) 2016; “CECAM” 2016, “MUSICAMPUS” 2019 y 2020, Ciclo “Día Internacional de la Mujer COMEM 2020”. Es miembro activo de Exbecarios Fullbright (Beca Benito Juárez 1989-1991), la Red Internacional de Vibrafonistas y Marimbistas, así como de la WANA VIP (Worlwide Association of Notable Alumni) y la ISFP (International Society of Female Professionals).
Desde 1991 es Timbalista Principal y Jefe de Sección de Percusiones de la OSM. Ha estrenado e interpretado varios conciertos, entre los que destacan: Doble Concierto para Marimba y Timbales de Ney Rosauro (2019), Concierto Voltaje, para Timbales y Orquesta, de Gabriela Ortiz (2013), Concierto para Percusiones y Orquesta de David Noon (estreno mundial con la OSSLA (2013), así como el Concierto Candela para Percusiones y Orquesta, Concierto Zócalo Tropical (flauta y percusiones) y Zócalo Bastilla (violín y percusiones), así como el Concierto para Percusiones y Orquesta de Cámara de Armand Rusell, los Conciertos para Marimba y Orquesta de Robert Kurka, Paul Creston, Jorge Sarmientos, el Concierto para Marimba y Orquesta de Cuerdas de Ney Rosauro, los Conciertos para Timbales y Orquesta de William Kraft, Ricardo Risco, Ney Rosauro y Sigfried Matthus, los Conciertos para Xilófono y Orquesta de Toshiro Mayuzumi y de Alan Hovaness, y el Concierto para 2 Timbalistas y Orquesta de Phillip Glass, entre otros.
Ha sido premiada y galardonada con el Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz 2021 y la Medalla al Mérito Universitario por 25 años de docencia en a UNAM en 2018 FaM UNAM; como parte del Comité de Honor, Representante de México de la Orquesta Mundial por la Paz, Tercera Edición en Moscú y San Petersburgo, en mayo de 2004; la Beca Fonca 1999, Grupos Artísticos, para la grabación de la Historia del Soldado de Stravinsky/Ramuz; la Medalla Mozart a la Calidad Artística y Docente. Otorgada por el Gobierno de Austria y el Instituto Cultural Domecq el 6 de octubre de 1998; la Beca Fonca 1995-1996 como Recitalista Solista; el Premio George Schick a la Excelencia en Musicalidad, Generación de Graduados 1991 de Manhattan School of Music, EUA 1989 a 1991, así como el Premio Nacional de la Juventud 1985 que otorga la Orquesta Sinfónica del Estado de México, por mencionar algunos.
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